Diagramas
Causales
Los
primeros estadios de la conceptualización de un modelo requieren definir el
propósito del mismo. En función de ello hay decidir qué elementos
han de ser tomados en consideración y cuáles de entre ellos están relacionados de forma que lo que ocurre
en uno afecta de manera
inmediata al otro.
Por cuanto nuestro
interés se centra
en la variación en el tiempo
del valor cuantitativo atribuido a cada elemento (variable), las influencias buscadas son las que su manifestación consista en que una variable
aumente o disminuya en función de que otra, de la cual depende,
experimente algún tipo de variación. Una forma natural de representar elementos
y relaciones es mediante un grafo orientado. A veces, cuando el sentido de la influencia es conocido, se suele
incluir un signo más o un signo menos que hace alusión a una influencia del
mismo sentido o de sentido opuesto según el caso. Por ejemplo, si la densidad
de coches aumenta o disminuye cabe esperar
que el número de accidentes también aumente o disminuya respectivamente. Existe, por tanto, una influencia en el mismo sentido. Por el contrario, las ventas
de coches seguramente
dependerán del precio
de los mismos
pero la influencia será esta vez
de sentido opuesto.
Establecer
un grafo en el que aparezcan representados todos los elementos que
componen el modelo
junto con sus
relaciones supone un
paso importante en la
definición de la estructura del mismo. Un grafo de esas características se
conoce como diagrama causal o de influencias.
Lazos realimentados
El tipo de problemas
en los que habitualmente trabaja la Dinámica
de Sistemas se caracteriza porque en éstos siempre aparecen relaciones
causales estructuradas en bucles cerrados. Una acción ejecutada por o sobre
un elemento del bucle se propaga por el mismo
de manera que tarde o temprano esa acción repercute
sobre sus propios valores futuros. Conviene distinguir dos tipos de lazos
realimentados, lazos positivos y negativos. Positivos son aquellos en los que una variación
en un elemento se ve reforzada por las influencias mutuas entre los elementos.
Por el contrario, en los lazos negativos
una variación en cualquiera de sus
elementos tiende a ser contrarrestada por las influencias en sentido contrario que se generan en el
lazo.
Un lazo positivo tiende a producir situaciones de crecimiento o decrecimiento ilimitado, mientras que un lazo negativo tiende a producir equilibrio.
Tipos de variables
Distinguiremos
tres tipos de variables en función de su propio cometido en el modelo. Variables de nivel, variables
de flujo y variables auxiliares.
·
Las variables de nivel: suponen la acumulación en el tiempo de una
cierta magnitud. Son las variables de estado del sistema, en cuanto que los
valores que toman determinan la situación en la que se encuentra el mismo.
·
Las variables de flujo: expresan de manera explícita la
variación por unidad de tiempo de los niveles. No es siempre inmediato decidir
cuál de los tres tipos será el apropiado para representar a un elemento
determinado del sistema real en estudio.
·
Las
variables auxiliares: son,
como su nombre indica, variables de ayuda en el modelo. Su papel auxiliar
consiste en colaborar
en la definición de las variables de flujo
y en documentar el modelo haciéndolo más comprensible.
Además de
las variables, en todo modelo habrá también parámetros, o variables
que se mantienen constantes durante todo el horizonte temporal de ejecución
del modelo.
Organización de las variables y parámetros. Representación gráfica
Toda variable de
nivel va unida a una o más variables de flujo las cuales son responsables de la
variación de la primera. De hecho, un nivel sólo cambia en cuanto se llena o vacía por los flujos que le afectan.
En la figura anterior puede verse un diagrama de flujo en abstracto y un ejemplo de un posible fragmento de modelo concreto con idéntica estructura. En él aparece una variable de nivel junto con una variable de flujo que lo llena. Matemáticamente la variable de flujo supone la variación por unidad de tiempo del nivel y se representa con un cierto aspecto de válvula que está controlando el fluir de la magnitud que se acumula en el nivel. Su valor se establece en función de una variable auxiliar y de un parámetro. A su vez, la variable auxiliar depende del nivel y de otro parámetro. Las líneas de información representan la dirección de las relaciones de dependencia entre las variables.
En todo
sistema dinámico autónomo, la variación de sus estados depende de los valores en que se encuentran dichos estados. Un modelo
mantiene la siguiente organización:
- Las líneas de información tienen siempre como punto de partida inicial los niveles o los parámetros y como punto de destino final los flujos. Dicho de otra manera, las variables de flujo son función de los niveles y de los parámetros.
- Las variables auxiliares forman parte de los caminos de información. Usualmente aparecerán variables auxiliares entre la información que arranca en los niveles y su destino final en los flujos. Estas variables van configurando la función que finalmente definirá a un flujo, de manera que documentan en forma comprensible cada paso en el tratamiento de la información que determina la definición de la variable de flujo.
- No tiene sentido un bucle cerrado construido únicamente con variables auxiliares. En todo lazo cerrado debe de aparecer un nivel y, en consecuencia, al menos un flujo.
- Cuando un sistema no sea autónomo, es decir, cuando existan variables exógenas influyendo en el comportamiento del mismo, una o más líneas de información podrán evidentemente, y excepcionalmente, tener su origen en una variable auxiliar. Si así no fuera, la variable exógena no podría influir de ninguna manera en el modelo.
Subsistemas conservativos
En un modelo hay que atribuir
dimensiones a sus variables de manera que todas
ellas se midan en unas determinadas
unidades de medida.
Si los niveles se miden en
unas ciertas unidades, sus flujos asociados deberán
medirse en esas mismas unidades partido tiempo.
Una regla
fundamental de construcción de diagramas de flujo exige que no puedan mezclarse
distintas unidades. De esta manera los niveles se asocian entre sí en cascada o en paralelo formando
estructuras por las que solo circula el mismo tipo de unidades bajo el control
de flujos que se miden en esas mismas unidades por unidad de tiempo. Esas
estructuras son conservativas en el sentido de que si se incluye en el balance
los sumideros y las fuentes
la cantidad total de la magnitud
acumulada en las mismas se conserva.
Ecuaciones
Todas las
relaciones entre las variables deben ser explícitamente cuantificadas. La forma
más frecuente de establecer la relación entre dos variables es mediante una
expresión analítica que proporciona
la función que relaciona
ambas variables. Poco más puede decirse en abstracto a cerca de
las ecuaciones por cuanto dependerán muy específicamente de cada situación
particular.
Las ecuaciones de variables auxiliares pueden adoptar
cualquier forma analítica si bien, por su propia
naturaleza de variables añadidas para simplificar la descripción, no tienen
porque ser expresiones complicadas. Muchas veces no se conocerá la relación
algebraica precisa pero se puede tener un conocimiento expresable mediante una gráfica. Esta gráfica se traducirá en
una
tabla en el momento de su implementación. Esta forma de establecer
dependencias es muy útil cuando el conocimiento de la relación entre dos variables auxiliares tiene un carácter experimental y,
también, cuando se desconoce la naturaleza exacta de la relación se introducen
hipótesis plausibles para la misma.
Las ecuaciones más problemáticas de decidir siempre son las correspondientes a algunos flujos. En particular a aquellos que definen las políticas
del sistema. Los cambios en el estado del sistema corresponden a los flujos.
Por ello, los flujos son los puntos del modelo donde se plasman las decisiones importantes. Cuál va a ser la política
de contratación, cuál la de incremento de la inversión, de que dependen los contagios, son ejemplos de
flujos típicos. Una buena parte del
esfuerzo de construcción del modelo deberá dedicarse a la determinación de estos
flujos.
Las ecuaciones correspondientes a los niveles
son siempre iguales. Un nivel es siempre y por definición
la integración de todos los flujos que le afectan. De
esta manera, una vez establecidas todas las relaciones, si se especifican los
valores que inicialmente tienen los niveles y se
atribuyen valores a los parámetros se dispone de un conjunto de ecuaciones que
el ordenador integrará numéricamente para proporcionar la evolución temporal de
las variables. Dicho conjunto de ecuaciones es el modelo matemático propiamente
dicho. Existen compiladores de simulación específicos de Dinámica de Sistemas.
Bibliografía:
Torrealdea
J., Elementos y estructura de un modelo, Construyendo modelos, Profesor de
Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial.
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